[Microrrelato (menos de 140 palabras)]
<<Mamá, ya es hora de levantarse>> dije desde la otra habitación.
No me oyó. Estaba sumida en un profundo y lindo sueño.
Mi madre siempre lo ha sido todo para mí. Hacía que el día más malo pareciera una nimiedad. Si ella me hubiera faltado alguna vez... Pero, ¡no! Nunca me faltará.
Se la veía llena de paz y me senté a su lado. Fui a acariciarle el pelo y me quedé con láminas de su piel entre los dedos. Me fijé bien y ya casi no reconocía su cara. Su cadáver de estaba descomponiendo a un ritmo muy rápido.
"Se decidió a pasar página pero se cortó con la esquina. Y así paso; seguía avanzando pero manchaba todas las páginas de sangre.
Él la salvo de todas las cosas que podían hacerle daño. Pero no pudo con la más importante: Ella misma"
"Y se torturaba pensando cuántos abrazos equivaldrían a los besos que ya no podría darle"
"La soga con la que se ahorcó fue la misma que la música le lanzó para que no muriera"
"-¿Por qué me fue infiel?- se preguntó -Tampoco podía serle infiel a nadie más- se acabó respondiendo."
"Le regaló una tarta con una lima en su interior junto a una nota: <<No es necesario estar entre rejas para sentirte encarcelado>>"
"De lo único que estaba segura era que dudaba todos los días de su vida"
"La vida se le escapaba por el humo de su cigarro y por las teclas de su teléfono"